lunes, 12 de octubre de 2015

Patchwork



Tenía claro desde que inicie mi aventura bloggera, que quería recapitular todas mis entradas de Facebook. Muchas de ellas con "rumbo" y muchas de ellas sin el. Pensé que la palabra inglesa patchwork, que para quien no lo sepa es el arte de unir telas de diferentes colores y tamaños, era la perfecta, lo que no me imaginaba era que pesquisando me iba a encontrar el alto simbolismo de este trabajo que podríamos denominar de costura o trabajos maneales. Resulta que este colorido arte, tiene la función de enviar mensajes, de comunicar. Los que me conoceis un poco, os podreís imaginar la emoción que he sentido al descubrir esto, que tiene tanto de espiritual. Un descubrimiento, que tengo tan cerca como que tengo un cuadro de patchwork en el salón de mi casa. No me las voy a dar de mística y escribir que yo ya sabia que algo pasaba con aquel cuadro, ya que mentiria, pero si que reconozco que observar los colores de aquel pedazo de tela que compré un dia de aburrimiento trabajando en Cuenca, siempre me han llamado la atención. Lo que me ha parecido mas interesante, es que los esclavos de los Estados Unidos, consiguieron escapar de sus captores a base de enviarse mensajes camuflados en colchas de patchwork, y así conseguian alcanzar la frontera de Canada y ser finalmente libres.

Aquí va mi personal patchwork hecho de entradas y de momentos de mi vida.

Mi sombra y yo

Me levanto directamente decidida a aplicar a mi vida mi particular Método Salesiano, sistema que utilizó Ortega Lara, para poder resistir sus 532 días de cautiverio en manos de ETA. Suena extremo y dramático, pero es un sistema práctico que te evita de pensar mucho y te hace “hacer”. Mis piernas parecen dos columnas jónicas, que de entre las columnas, son las más femeninas, y digo femeninas por eso de que estoy en días “de chicas”, donde todo se ve grueso y pesado, e incluso hay veces que con un puntito de divertida esquizofrenia. Ya llegó el recurrente y oportunista pensamiento de “hoy no corro”, pero de inmediato lo deshecho, ya que de solo pensar, lo mal que me voy a sentir después... Hoy nada de modelitos fosforitos, pantalón una talla más a la mía, camisetita discreta, gorra y gafas para que no se me vea el hinchado careto que tengo por haber dormido tanto. Dormí hasta el punto que me perdí la lluvia de estrellas, pero da igual, yo tengo mi particular lluvia cada vez que salgo a mi terraza y miro al cielo. Ya estoy en la tienda, y el reloj de la plaza toca 8:45, time to go!! La perfecta excusa, sincronizar el GPS para eludir lo ineludible, vamos a ver si hay suerte y tarda, pero malas noticias, hoy le ha dado por sincronizarse con los satélites rapidito, será cabr.. En mi I Pod, Crazy, versionada por Alannis Morisette y en un día como hoy, me pega todo esta canción. Salgo a ritmito, y no solo el de Alannis, sino el de de mis cansadas piernas, que bastante están haciendo las criaturas con soportar “mi peso”. La salida del pueblo no es un problema, casi un kilómetro favorable para entrar en calor, pero esto es Cercedilla y enseguida aparecen los casi 3 km en forma de cuesta interminable que llega hasta el cruce. A partir de este punto pega el sol, así que mi sombra se despierta y también comienza su entreno. La miro y le digo: venga si, zancadita sin levantar mucho los pies del suelo, pero intentando hacer ese extra avance casi imperceptible que a lo tonto te hace avanzar. De repente, jcdfotografia en su furgoneta plateada, un regalo envuelto en sonido de claxon que me regala energía y me refuerza. Pienso que Juan Carlos y yo, nos vemos muchísimas veces en este tramo. El pensará, “esta pobre, ahí va, nevando, lloviendo, asándose…” y yo pienso, sobre todo en época invernal, “que calentito va…”, pero también pienso en este hombre, cuando va a las carreras en las que todos nosotros participamos, a hacer fotos, y se queda horas y horas parado para inmortalizar nuestros únicos, épicos e irrepetibles momentos trail runner... Bueno, ¡parece que voy mejor! Llego al cruce en 16 minutos, que no está nada mal, para este poco favorable estado en el que me encuentro. Giro a la izquierda y mi sombra y yo seguimos subiendo, la miro y que interesante, no se la ve nada mal, que estilo tiene, parece que hoy se la ve “muy asfaltera”, ¡me gusta! qué bien acompañada voy. Miro mi reloj y 19 minutos, si me empleo un poco a fondo, corono con marcón. Mi sombra y yo nos sobresaltamos debido a un continuado pitido que nos persigue. Nos giramos y vemos a un camión de alquitrán de los que están asfaltando la zona, su conductor, que me parece no conozco, nos está animando gritando a todo lo que da, y no puedo menos que reír y agradecer. Con esa sonrisa corono dignamente en La Fonda Real y vamos “pa bajo”. Ya estoy en "mi casa", este es mi terreno y me he ganado el disfrute. Diviso un vehículo a lo lejos y a un hombre que desciende de el, y que curioso, se pone de repente a correr, lo gracioso es que va con vaqueros largos y polo, el calzado no lo distingo, pero pronto lo voy a hacer… Huelo a sangre, así que ¡a por él!. Le recorto pero no tan rápido como pensaba. Se para en seco momentos antes de interceptarle, y hace el clásico ademán, de ajustarse el calzado y ¡va con zapatos!…Sigo y rápido, voy comodísima a un poquito más de 4´ el km, y vuelvo a observar a mi inseparable sombra, y pienso ¡que bonita que es! cuanto lucha y que poco se queja, viene conmigo siempre y  nunca me abandona, bueno si, cuando está oscuro y no hay luz, es tan elegante y discreta que se retira para no molestar. Ya descendemos y entramos en el pueblo. Ya estoy en la puerta de la tienda, y un hombre que veo cada día corriendo su personal carrera, ya que sin sus dos bastones no podría avanzar, me pregunta: ¿ya has corrido tu maratón?, y le respondo, bueno maratón hoy no, me rebate y dice, bueno la media maratón, y le digo tampoco, ya cambia el tono y dice, bueno ¡el cuarto de maratón! Me río…concluyo esta entrada, dando a conocer la prueba de Cuarto de Maratón, creada por este Señor, que conozco, pero desconozco su nombre y que como el soldado mensajero que murió al recorrer los 42Km 195m para dar la noticia de la victoria de los griegos sobre los persas,  se le honra con la prueba reina del atletismo. ¡Queda instaurada, y queda honrado este Señor! He dicho. Fdo: LolaCorre

El simbolismo de la libélula

Un amigo que habitualmente me envia las fotos que hace, me envió hoy entre otras, esta preciosa libélula de alas azules.
Insecto primitivo, el único que tiene la capacidad, de desplazarse, aparte de a gran velocidad, hacia atrás y lateralmente. De los pocos con dos pares de alas, al igual que la mariposa y las abejas. Antiguamente a Japón, se le llamaba Islas Libélula, de ahi su gran afición, por este insecto. Simboliza, la transformación y el cambio, y hay mucha leyenda entorno a este animal. El día que mi perro Benito, nos dejó, aparecíó esta fantástica libélula en la herradura que pende de la puerta de Lola Corre Cercedilla​, y en ese momento supe, que habia iniciado su eterno viaje. Benito, perro siempre mágico.



No hay comentarios:

Publicar un comentario