lunes, 17 de agosto de 2015

La llave que abre la puerta de lo que no se ve

Se me ocurre comenzar mi primera entrada, siendo sincera y confesando que siento vértigo. Imagino que este sentimiento es común entre los que nos atrevemos a atacar cosas nuevas y tenemos cierto pudor. No solo pudor frente a la exposición pública, en mi caso personal es bastante peor, mi auto-exigencia es tan acentuada y crítica, que muchas veces me ahoga, aunque eso si, sin llegar a paralizarme. Como todo en la vida, el no paralizarse es una cuestión de técnica y la mía en este sentido está muy depurada.

Acostumbro a escuchar a mis amigos decir de mi que soy una persona positiva y optimista, especialmente en los últimos tiempos, que parecen echar de menos a esa Lola siempre dispuesta, sonriente y vital, o por lo menos yo deduzco eso por los mensajes que me llegan ya sea de manera privada o vía Facebook. Pues bien, esa Lola existe y francamente es mi tendencia, tengo especial facilidad para ver la cara bonita y amable de las cosas y de la vida en general, no lo puedo negar. En este exacto momento de mi existencia, en la que la vida me aprieta las tuercas fuertemente, sería una farsante, si quisiese dar una imagen de "aquí no pasa nada", porque si pasa y sería una ignorante y descerebrada querer negar la evidencia, e iría totalmente en contra de lo que me mueve de verdad: la autenticidad, la honestidad y la luz. Tocar cualquiera de estos tres principios básicos y fundamentales, mueve mis cimientos, que están realmente agarrados a la tierra. 

Siendo oportunista quiero mencionar que la construcción de esta persona en la que me he convertido, no ha sido fácil, a pesar de que los materiales para esta edificación eran de primerísima calidad, y aquí regreso a mi depurada técnica, a la que yo llamaría de supervivencia, y en la que yo me desenvuelvo como una profesional de la materia. Es por eso mi optimismo frente a la adversidad, ya que en inumerables ocasiones he salido de situaciones límite, en las que he visto quedarse a otros mientras yo seguía camino, y lo mejor de todo, reforzada y habiendo escalado un peldaño más en mi escalera vital. 

Siendo una buenísima aprendiz, no pierdo de vista ni un solo detalle de lo que la vida me muestra y de lo que sucede a mi alrededor, sea perceptible a la vista o no. Ya destapándome del todo, reconozco que en lo que yo realmente creo no se ve con los ojos, bueno con los ojos del corazón si. Imagino que esto es como explicarle el color rojo a un ciego. 
Mi fe es la llave, mi fe es el secreto de mi gran energía, tira de mi pase lo que pase. 
Un día hace ya muchos años, tomé la firme decisión de no hacer caso a nadie que me dijese que yo no podía o que yo no valía, y decidí creer en algo dentro de mi que me gritaba que yo podía ser capaz de todo lo que me propusiese y que me enseño que cerrando los ojos podía ver mas allá de lo que me querían hacer creer los demás, que se empeñaban en que yo no abriese mis alas y volase. Pues bien, decidí creer en lo que no se veía y esa invisible fuerza me ha hecho llegar hasta aquí y vivir experiencias únicas e irrepetibles únicamente disponibles para los valientes que se tiran a un acantilado sin saber si van a caer entre rocas o en el mar. 

Mi pretensión con este blog, es conseguir que al menos una sola persona se sienta inspirada por mi experiencia, y decida dejar de creer "que no se puede". De todas maneras, con estas primeras letras ya he conseguido que Mariano un señor que visita mi tienda y que trabaja en Las Cortes, se haya salido con la suya después de dos años insistiéndome que me lanzase a la aventura bloggera.

Cerrar esta entrada, deseando que cuando me visite la inspiración, me pille con el ratón en la mano.

Gracias por leerme








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4 comentarios:

  1. Compartir un ratito contigo siempre es un placer.Como te dije una vez en tu tienda, tu energía es maravillosa y se contagia. Ya que te puedo ver poco, este blog me brinda una ocasión adicional. Gracias!

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  2. Enhorabuena, muy inspirador, aunque debo decirte que me pareciste esa persona que describes cuando te conocí. Emanas esa energía y positividad.

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    1. Mil gracias David por tu comentario, no te imaginas la energía que me insufla

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